La serie del momento: Stranger Things (Reseña de los Cap. 1 y 2)

Cuando Netflix hace todo bien…



Como la gran mayoría sabrá o habrá escuchado por ahí, hay una nueva serie que está causando furor en todo el mundo, y no es para menos. La creación de los hermanos Duffer ha traído consigo una nueva oleada de fanáticos y nostálgicos que no paran de alabar al show del momento, nada más y nada menos que a Stranger Things.

Esta serie-homenaje a la TV y el cine ochentoso, es una joya del mundo del entretenimiento. Y es que hace no más de unas semanas que se ha estrenado y en tan solo unos pocos días, se ha hecho tan entrañable como obligatoria para todo aquel que ha sabido crecer y disfrutar con el cine de la época. Particularmente, conocí la serie desde el año pasado cuando comenzaba a gestarse, pero nunca me llamó demasiado la atención (ya me paso con varias series a las cuales termine amando), sin embargo y con el paso de los días, sumado al boca a boca de la gente, decidí darle una oportunidad y verla. Y créanme que no me defraudó, en lo absoluto.

La nueva creación de gigante de Netflix, es un aria a aquellos clasicasos que han sabido dejar  su marca en la TV y el cine de décadas pasadas (y porque no, le mejor década de todas. Si, saben a cual me refiere, los gloriosos 80's).
Rindiendo homenajes al cine de terror, a ese cine clase B, a esa sensación de antaño a mano de grandes como Carpenter o Hooper; siendo una sinfónica de aquellos films fantásticos y de aventuras como los que supo crear Spielberg en su momento, Stranger Things abraza y mitifica todos estos géneros para relanzarlos al mercado y sacar un par de lagrimitas y por qué no, sorprender a nuevos espectadores. Es un programa que no se debe dejar pasar y que va a hacer deleite de todos los frikis (y cada vez somos más, cuidado...), y conocedores de la materia, pero si este no es tu caso, no te preocupes, que aquí hay lugar para todos.
En tan solo dos episodios, Stranger me ha comprado. Me enganché y ahora, simplemente, me resulta muy difícil soltar esta genial serie.


Para los despistados, aquí les dejo una breve reseña sobre el show del momento y pasamos a las papas:

"La historia arranca el 6 de noviembre de 1983, en la ciudad de Hawkins, Indiana, cuando Will Byers, de 12 años de edad, tras pasar el día jugando con sus amigos a Dragones y Mazmorras, desaparece misteriosamente al regresar a casa. Su madre, Joyce, desesperada, comienza la búsqueda de Will, mientras el jefe de policía Hopper comienza a investigar por su cuenta. Poco después de la desaparición de Will, una misteriosa niña con extrañas habilidades aparece en una hamburguesería de la localidad. Pero, en el desarrollo de la investigación descubrirán que no solo tendrán que enfrentarse a una misteriosa organización del gobierno, sino a siniestras fuerzas que planean devorarlos a todos." (Fuente Wikipedia)


Capítulo 1: La desaparición de Will Buyers

El primer capítulo de la serie, nos da un pantallazo general de lo que nos espera y de lo que vamos a ver a lo largo de los capítulos restantes. Prepara y presenta el ambiente en donde se va a desarrollar la trama del show: en el ochentoso pueblito de Indiana, y lo hace introduciendo a varios de los personajes principales así como también varias locaciones del donde tomará forma la historia.




Comenzamos conociendo a los hiper geniales Mike, Lucas, Dustin y Will en una partida de Dungeons  & Dragons (el juego más friki de los frikis, sin ánimo de ofender). En un par de cuadros ya nos vamos haciendo la idea de quiénes son y cómo se van a manejar a lo largo del camino en esta fantástica y terrorífica aventura. Primero que nada, recalco la gran química y la empatía entre los chicos. Son tan geniales en su forma de ser, única y cool. ¿Quién no ha deseado un grupito así de amigos? Tan abstraídos del mundo... nerds como nadie, geniales como ninguno (Team Dustin aquí). Stranger nos emplaza a estos 4 grandes amigos que se preparan para vivir la aventura de sus vidas. Carismáticos y divertidos, estos geniales muchachos (¿ya les dije que son muy geniales?), son la sensación de la TV, reivindicando al nerd interior que llevamos todos dentro y demostrándonos que no hacen falta músculos ni chaquetas de cuero para ser cool (Si. Steve.). Sin siquiera imaginar lo que les espera, el grupito se introduce en pantalla y nos dispone lo que seguramente será una fenomenal amistad, entre ellos, y entre nosotros.

De entrada, nos damos de lleno con la desaparición de Will, un chico bastante tímido y frágil, que vive escondido de la realidad y que a primera vista, enfrenta grandes problemas sociales. Para redondear el contexto de Will, encontramos a Joyce y Jonathan, madre y hermano mayor. Aquí hay que hacer mención especial a Winona Ryder quien simplemente, es magnífica en el papel  de madre. Ella es básicamente, la estrella del show, codo a codo con los chicos. Es un personaje que a pesar de no demostrar demasiado, presenta lo mejor del show hasta el momento (bueno no necesariamente lo mejor...). Por su parte, Jonathan es la fiel imagen de su hermano, un chico muy abstraído y recluso del mundo exterior, buenito, tímido, de buenas intenciones por lo visto, quién pronto se sumará desesperadamente a la búsqueda incesante de su pequeño hermano, en donde tendrá que lidiar a su vez, con una sociedad que lo desconoce y una madre que juega al borde de la locura.

Varios personajes extraños y misteriosos se suman a la trama del capítulo. Llegamos a conocer a Eleven, una niña muy extraña e intrigante que aparenta ser la clave dentro de toda esta historia. No se ve mucho más de lo que se presenta en cámara, y el hecho de la persecución a toda costa que viene trayendo a espaldas, es un condimento fenomenal que motiva a querer saber qué es lo que sucede con El. Tambien tenemos a Hooper, típico sheriff de pueblo, cansado y aburrido en un lugar en el que nada pasa, escéptico ante la desaparición de Will, progresivamente comienza a despertar en su interior la duda, mientras vemos fugazmente algún que otro tiro hacia lo que parece ser, una vida pasada bastante trágica.



Si bien no es la mejor producción en base a presupuesto y diseños, se nota el esfuerzo y la capacidad de los Matt y Ross Duffer para crear con tan poco, un contexto familiar en el cual se entregan varias fichas con las cuales juegan los homenajes. Me gustaron demasiado los personajes, principalmente por las extraordinarias actuaciones de todos y cada uno de los presentados en pantalla. Sin importar el timing o el papel, todos se lucen a su manera y demuestran que Netflix, la ha pegado en grande con estos actores. Pero por encima de todo, quiero decir que la música, (si, lo mejor de lo mejor de la serie, se los dije) es magistral. El trabajo de Kyle Dixon y Michael Stein es fenomenal, segundo a segundo. Las notas, el sonido sintético, esa sinfonía, esa melodía acogedora y estremecedora, es simplemente extraordinaria. Son la cereza del postre, la punta de la montaña, son la última ficha para trasladarnos en esta máquina del tiempo (de tan solo 8 episodios), y llevarnos a ese lugar, ese fantástico y maravilloso lugar, dentro del mundo del terror, la fantasía y la aventura.

Para resumir el episodio, creo que a pesar de que no me gustó demasiado la dirección del mismo, poco a poco fui digiriéndola y empezando a apreciarla cada vez más. No me atrapó en un primer momento, pero fue suficiente como para que regresara de inmediato a continuar con el siguiente episodio. Una trama bastante buena, que no dice mucho y deja al espectador a la deriva, lleno de preguntas, de personajes y de un ambiente tan desconocido como entrañable. El famoso villano de la película (Que a mi parecer no es el único villano aquí), es bastante creativo y en parte rememorioso de los clásicos de clase B (cualquiera de los cientos que hayan visto). Buenos protagonistas, excelente música, buen monstruo. Lo suficiente y necesario como para llevarte a darle play al segundo episodio. Un buen comienzo por parte de los Duffer.



Capítulo 2: La loca de la Calle Maple

Mientras que el primer episodio nos entregaba los lienzos de lo que iba a ser el show, en el segundo, comenzamos a adentrarnos cada vez más en la mitología de la Stranger Things.



La desaparición de Will, rápidamente comienza a removerse entre los escépticos y el temor surge de entre los silencios y la incredulidad, una incredulidad adormecida durante largos años en un pueblo donde prácticamente nada ocurre (a la vista). Las luces comienzan a prenderse y la desesperación empieza a ahondar en los residentes, principalmente en Joyce y Jonathan. Aquí logramos ver a Winona en su mejor momento hasta ahora en la serie, sumamente dramático, presentándose como  una madre tan frágil, tan destruida que logra la lastima y la desazón se transmiten al televidente (o monitorvidente). Joyce quien se enfrenta a los límites de la cordura y de la locura, debe afrontar no solo a sus miedos o a perder a Will, sino que debe ponerle el pecho a su hijo mayor, quien entre el desconcierto y la tristeza, trata de mantener unido un hogar que se derrumba a medida que su hermano menor, continúa afuera, a manos del Demogorgon. Sin embargo, no todo es un misterio, ya que Will, finalmente logra comunicarse con su madre, frente al escepticismo de su hermano mayor, quien pronto comenzará a transitar su propio camino de problemas, acarreados por un pequeño pero latente sentimiento hacia Nancy (o eso es lo que me parece a mí). Sin separarse del momento, esta y Steve terminan de consumar su relación, para más mal que para bien. Ya la veíamos venir ¿no? Lástima que vos no Nancy. (Y encima con Steve.). Sin embargo, y como si esto no fuera suficiente, Barb (la amiga de Nancy), desaparece a manos del monstruo y las cosas ahora sí que caldean en el pueblito de Indiana.

Por otro lado empezamos a conocer un poco más a Eleven (quién otorga una de las mejores actuaciones en la serie junto a Winona), que poco a poco y con ayuda de Mike, comienza a desentrañar su historia, permitiéndonos ver el trasfondo que lleva acarreando el personaje y descubriendo en mayor profundidad, los poderes de los cuales es capaz. Junto a esto, podemos ver una pequeña pizca del Dr. Brenner, que a pesar de no tener demasiada participación, parte a desvelar sus verdaderas intenciones y la gran conspiración que hay detrás de todo esto (bien al estilo de los Expedientes Secretos X).

Por su parte, Hooper empieza a adentrarse cada vez más en la investigación y pasa a convertirse en algo más para él. En algo personal. De esta manera podemos observar como el personaje perfila esos sentimientos escondidos bajo el sombrero, otorgándonos una breve brisa de lo que puede ser su historia, cargando en su espalda la culpa de una hija perdida.
Sin obviar a los chicos más grosos de la televisión, Mike, Dustin y Lucas, tratan de comprender y congeniar con Eleven, a cuestas de lo que dice su razón. Con un par de peleas y disgustos, rápidamente los chicos se pondrán de acuerdo en que El, es más de lo que aparenta y de que la clave esta allí. No pasará demasiado para ver a estos intrépidos niños enfrentarse al temible Demogorgon quien ya se ha hecho presente enfrentando a Joyce. Por cierto, Dustin y su referencia a los X-Men lo son todo.



Un episodio plagado de experimentos, conspiraciones y más, que nos entrega lo suficiente como para terminar de enganchar a todo aquel que no lo estaba desde un principio (como yo). De aquí en más la serie comienza a ser viento en popa y mejorar a cada segmento. La dirección de los Duffer mejora considerablemente en este punto y la trama se vuelve aún más apetitosa. Quedan muchas preguntas por resolver aún, así como varios personajes por conocer, y no hay mejor solución que sentarse y disfrutar del próximo episodio, y del siguiente y del siguiente... (gracias Netflix por la reproducción automática).


CAPÍTULOS 3 Y 4 AQUÍ!

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